April 2, 2016 12:37 pm

Lea nuestro mensaje sobre las pruebas estatales ….Opt Out

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Nuestro mensaje sobre las pruebas estatales– OPT OUT

The Network for Public Education apoya con entusiasmo a aquellos padres que deciden optar por que sus hijos no presenten los exámenes estatales del 2016. Después de una cuidadosa reflexión y deliberación, hacemos un llamado a nivel nacional para optar por no participar en la evaluación anual de alto riesgo debido a los efectos dañinos que tiene la misma en los niños y las escuelas.
El presunto propósito de la evaluación anual de alto riesgo, como un mandato federal desde que la ley NCLB fue aprobada en 2004, ha sido poner al descubierto la brecha en el rendimiento entre las escuelas, aparentemente con el fin de cerrarla. Nuestra nación ha seguido este curso durante quince años. Sin embargo, lo único que han cerrado son las escuelas públicas en los vecindarios. La investigación ha demostrado de manera consistente que no hay evidencia contundente de que la evaluación estandarizada de alto riesgo propuesta por la ley NCLB haya mejorado el desempeño académico de ningún estudiante – particularmente de aquellos que necesitan más ayuda.

Yohuru Williams, profesor de la Universidad de Fairfield y miembro del consejo de NPE, ha explicado cómo la evaluación anual de alto riesgo alimenta el determinismo racial y cierra puertas de oportunidad para los niños negros y de piel obscura. Estamos de acuerdo cuando afirma que Optar por No es un acto necesario y directo de protesta para resaltar la injusticia de un sistema que se niega a abordar los problemas socioeconómicos subyacentes que contribuyen a experiencias de aprendizaje desiguales. La demanda actual de exámenes de alto riesgo y de estándares uniformes desvía la atención de la ardua labor de mejora de la escuela y de hacer frente a las desigualdades sociales y económicas que conducen a resultados desiguales.

Los exámenes Common Core se basan en pasar calificaciones altas establecidas de manera artificial, de tal forma que al menos dos tercios de los niños sean etiquetados como reprobados. Cuando el secretario de Educación de EE.UU., John King, fue Comisionado de Nueva York, predijo con exactitud que alrededor del 70% de los estudiantes fallarían. Los estudiantes con discapacidades, estudiantes del idioma Inglés, y los niños que viven en pobreza tienen incluso mayores tasas de fracaso. Estas pruebas son manifiestamente injustas para los niños más necesitados.

Por otra parte, los datos derivados de los exámenes de alto riesgo tienen la intención de dañar a nuestras escuelas públicas mediante la creación de una falsa narrativa de fracaso. Una vez que las escuelas públicas son cerradas, son reemplazadas por escuelas chárter manejadas de manera privada con insuficiente supervisión pública. Cuando se despide a los profesores, estos son sustituidos en muchas ocasiones por personal temporal sin experiencia. Los mismos datos son utilizados para desmoralizar a los maestros y quitarles los derechos laborales que han ganado con tanto esfuerzo, creando así una rotación constante de profesores cuyo trabajo se reduce a preparar para el examen.

Aunque los funcionarios pueden alegar que la información derivada de estas pruebas es de gran ayuda para los niños y los maestros, esto no es cierto. Los resultados de los exámenes se reportan en el verano o el otoño, cuando ya es demasiado tarde para informar la instrucción. Las clasificaciones numéricas de 1,2 y 3 o 4 y los rangos porcentuales son calificaciones sin sentido que no se pueden usar para guiar la enseñanza de cualquier niño en particular.

Reconocemos que hay un rol legítimo para las pruebas estandarizadas, si es que están limitadas en tiempo y frecuencia, desarrolladas apropiadamente, bien diseñadas y razonablemente escalonadas con puntajes realistas y que proporcionen retroalimentación útil a la instrucción. Sin embargo, los exámenes de alto riesgo que son aplicados con el propósito de hacer rendir cuentas a las escuelas, no cumplen estos estándares. Solo dañan el sistema de educación pública que es el pilar de nuestra democracia. Creemos que el optar por no participar en los exámenes estatales como un acto de protesta directa ayudará a cambiar el rumbo y a eliminar las políticas perjudiciales.

 

Reconocemos que a algunos padres les resulta difícil o imposible hacer que sus hijos se nieguen a presentar el examen debido a las repercusiones de leyes estatales o políticas de distrito. Incitamos a aquellos que no pueden negarse por alguna razón a denunciarlo y a exigir su derecho de hacer lo que ellos consideren mejor para sus hijos en cara de la evaluación perjudicial. La peor parte de la evaluación de rendición de cuentas para las escuelas está cayendo sobre los niños. Nuestros líderes electos deben hacer frente a este sistema descompuesto de rendición de cuentas y proporcionar alivio.

Para aquellos que puedan, les pedimos que rompan esquemas, se unan a nosotros y no accedan a la evaluación. Los políticos no pueden ignorar las voces del público cuando hablamos juntos, y en este momento, Optar por No nos da esa voz.

La promesa de un sistema de educación pública, aunque imperfectamente internalizada, está en riesgo de ser destruida. El futuro de nuestros hijos pende del alto riesgo de la evaluación. La hora de Optar por No es ahora.

Para obtener más información sobre cómo Optar por No, recomendamos las siguientes fuentes: United Opt Out State by State resources: http://unitedoptout.com/state-by-state-opt-out-2/ y FairTest: Just Say No to the Test: http://www.fairtest.org/get-involved/opting-out